Bienvenido al sitio acnesevero.es, un espacio informativo para todas las personas que desean conocer más acerca del acné y los cuidados que requiere.
El acné puede afectar hasta un 80% de los jóvenes y por lo tanto es uno de los principales motivos de consulta médica. Desde los problemas de piel grasa, hasta el acné en sus distintas etapas, las personas que padecen este problema requieren de una serie de cuidados adaptados y orientación médica profesional.
La presencia de piel grasa, barros o espinillas, en mayor o menor grado, debe ser consultada con un dermatólogo, quien es el profesional de la salud más indicado para orientar sobre el programa de cuidados más adecuado.
Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad Autónoma de Madrid.
Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Granada. Grado de Doctor en Medicina y Cirugía Universidad de Granada.
Licenciada en Medicina y Cirugía en la Facultad de Medicina de la Universidad de Santiago.
Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad Autónoma de Barcelona.
Profesor Titular de Dermatología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Valencia.
El acné es una enfermedad inflamatoria de la unidad pilosebácea, de causa multifactorial y clínica polimorfa. Es decir, se puede manifestar mediante diversas lesiones (desde comedones, pápulas y pústulas, hasta nódulos y quistes) que se originan en el folículo piloso. El estímulo inicial son los andrógenos, hormonas sexuales masculinas presentes en ambos sexos, que ocasionan una mayor producción de grasa. Este incremento, junto con el taponamiento del orificio del folículo piloso por acumulación de queratina (proteína que fabrican tanto el pelo como las capas más superficiales de la piel), activa la cascada inflamatoria y favorece la colonización por la bacteria P. acnes.
Por ello, es importante tratar el acné desde las primeras lesiones, los comedones abiertos y/o cerrados (también llamados puntos negros y/o blancos), para evitar que se sobreinfecten y den lugar a las lesiones inflamatorias (comúnmente conocidas como granos). Además, el acné puede ir de leve a severo, dependiendo del tipo de lesiones que predominen, y el tratamiento prescrito por el dermatólogo será más o menos agresivo según el grado de acné. Por tanto es importante consultar y actuar desde el inicio del acné. Independientemente de cuál sea el grado de acné en el que nos encontremos, existen una serie de consejos a seguir que no debemos olvidar:
Sea cual sea tu grado de acné, consulta siempre a un dermatólogo antes de iniciar cualquier tratamiento por tu cuenta. Él es quien mejor te podrá diagnosticar, orientar y seguir en el curso de tu enfermedad. Y recuerda: constancia y paciencia son las claves del éxito.
Prácticamente todos los adolescentes padecen acné, aunque en la mayoría de ellos es leve, autolimitado y se controla con medidas sencillas y sin dejar marcas o cicatrices.
Aproximadamente de 2 a 3 jóvenes de cada 10 con acné, necesitan tratamiento dermatológico específico e individual pues en ellos se desarrollan las formas más severas, con la posibilidad de ocasionar alguna secuela. Si bien es un típico padecimiento de la adolescencia, observamos que hasta la tercera parte de las mujeres después de esta etapa lo siguen padeciendo, e incluso personas hasta de 50 a 60 años aún se quejan de estos "brotes de juventud" ¿Qué hay detrás de un "grano"?.
Los conocimientos actuales nos señalan a los 4 protagonistas principales responsables del acné:
Otros factores que pueden influir en la severidad del acné son la herencia, los trastornos hormonales, especialmente en las mujeres, el estrés y el empleo de cosméticos inadecuados. Los alimentos ricos en grasas, los llamados "de alta carga glucémica" como refrescos edulcorados con azúcares procesados, suplementos vitamínicos, comida "basura", y anabolizantes, pueden tener también un papel importante.
Tenemos entonces que el acné afecta a la cara, el pecho y la espalda y que sus lesiones se clasifican en:
Un aspecto relevante a considerar es el impacto que tiene el acné en el aspecto psicológico, ya que puede tener repercusiones a nivel social y en la interacción con otras personas.
Un logro importante en la actualidad consiste en considerar el acné como un problema serio y no una cuestión de vanidad, de cosmética, de que "ya pasará", y que el dermatólogo es el especialista capacitado para su tratamiento.
Antes de exponer los diferentes tipos de acné es conveniente mencionar los diferentes tipos de lesiones existentes en el acné.
Las lesiones inflamatorias se clasifican de la forma siguiente:
Las lesiones inflamatorias pueden evolucionar escalando en intensidad y avanzar de una forma pápulo-pustulosa a una de nódulos y quistes, los cuales pueden expandirse y formar trayectos fistulosos.
Al ir sanando las lesiones inflamatorias, pueden quedar lesiones residuales como: manchas rojizas y pigmentadas, cicatrices atróficas deprimidas o hipertróficas y queloides elevadas.
Una vez descritas las lesiones clínicas que caracterizan al acné: no inflamatorio (comedones abiertos y cerrados) e inflamatorio (pápulas, pústulas, nódulos), podemos encaminarnos a mencionar que si bien puede predominar un solo tipo de ellas, lo habitual es que se presenten combinadas, siguiendo la evolución desde el comedón inicial hasta los nódulos.
Según el grado de acné se clasifica en:
Leve | Moderado | Grave |
---|---|---|
menos de 20 lesiones | entre 20 y 50 lesiones | más de 50 lesiones |
Si bien este contexto se refiere a la cara, es conveniente recordar que también aplica este criterio para el acné del pecho y/o de la espalda.
En cuanto a las variedades de acné, mencionaremos las siguientes:
Existen las llamadas formas especiales de acné como son el acné conglobata en el que existe gran cantidad de lesiones nodulares, con abundante secreción purulenta en cara y tronco. Puede haber afectación del cuero cabelludo y se puede acompañar del llamado quiste pilonidal en la línea media de la parte baja de la espalda o interglútea.
La otra forma especial es el llamado acné fulminans, que corresponde al agravamiento del conglobata y se acompaña de fiebre.
Es importante mencionar que no todo lo que parece acné lo es, y que existen casos llamados reacciones acneiformes, que son inducidas por tomar anabolizantes, cortisona o complejo B, entre los más frecuentes.
Los artículos más recientes mencionan que una dieta más industrializada u occidentalizada podría favorecer la carga glucémica elevada que genera con respecto a una dieta más apegada a sustancias naturales, también llamada paleolítica. También se ha inculpado a los lácteos o sus derivados, como helados, en la aparición de la enfermedad.
Una higiene deficiente y con productos de mala calidad empeora el acné. Lo único factible es que debe hacerse limpieza dos veces al día. El manipular la piel con las manos sucias, no se recomienda. La exageración en la limpieza no es recomendada tampoco, sólo el lavado dos veces al día es suficiente.
No es recomendable auto-manipular las lesiones, aunque algunos métodos de extracción realizados por el dermatólogo son auxiliares en el tratamiento y mejoran la evolución; cómo la microdermabrasión, la abrasión con fibras exfoliantes o las cremas que contienen partícular vegetales, de fragmentos plásticos de poliuretano o de sales de aluminio. Sólo son métodos alternativos que complementan el tratamiento y de ninguna forma sustituyen a los medicamentos. Un paciente con acné deberá evitar manipular las lesiones.
Existe una correlación positiva sobre el aumento del acné con la existencia de niveles elevados de estrés debido a que estas vías repercuten en la síntesis de diversas hormonas. Por lo tanto, éste sí es uno de los factores relacionados con la aparición de acné.
No hay una relación directa con la aparición de acné. Sólo las alteraciones normales hormonales de la pubertad se ven implicadas en la aparición del acné.
Al igual que en mecanismos anteriores donde hay variantes en los niveles hormonas, la supresión de las mismas que lleva a la pérdida del endometrio o sangrado menstrual, constituye uno de los factores que propician o agravan el acné pre-existente.
El sol es el enemigo Nº 1 del acné. Si bien tiene un efecto inicial, antiinflamatorio, también produce un engrosamiento de la piel que tapa el poro, produciendo un rebrote de las lesiones tras el verano. Por otro lado, la exposición en exceso, que genera fotosensibilidad, es un efecto colateral sobre todo si se encuentran bajo tratamiento con retinoides orales o tópicos. La falsa idea de mejoría puede deberse a que la piel expuesta al sol es bronceada y unifica el tono de lesiones rojizas las cuales serían menos perceptibles.
Uno de los grandes pilares que soporta la formación de acné, es el factor hormonal, pero no el único. Hay casos en los que los cambios hormonales cobran relevancia: Si el acné es de inicio tardío, a partir de los 25 años, así como aquel acné que es resistente a tratamientos convencionales, o bien, el acné asociado a las llamadas comorbilidades, como trastornos ováricos que repercuten en la función menstrual, alteraciones capilares, incluso hasta infertilidad. Sólo en esos casos, además del medicamento convencional, podemos considerar fármacos bloqueadores de hormonas masculinas o anti-andrógenos.
Consulta a tu dermatólogo quien es el especialista más indicado para diagnosticar tu tipo de acné y prescribir el tratamiento médico más adaptado a tu caso.
Dependiendo del grado de severidad del acné, se puede prescribir un tratamiento tópico, un medicamento por vía oral o una combinación de ambos; éstos tienen por objetivo actuar sobre los diferentes componentes del acné como son el exceso de grasa en la piel, las imperfecciones, el enrojecimiento o la inflamación.
Forman parte del tratamiento del acné, ya que vienen como complemento de los tratamientos que frecuentemente son irritantes y desecantes.
1. El aseo
Los productos utilizados deben liberar la epidermis de sus impurezas y del exceso de sebo sin secarla demasiado ni irritarla. Existen varias opciones, en función de los hábitos de cada uno: jabón suave, jabón dermatológico, gel espumante, leche y loción desmaquillante, etc., a condición de que sean formulados para pieles grasas con problemas (por lo tanto, no comedogénicos). Para los chicos, el afeitado debe ser lo menos frecuente posible; se debe efectuar con una máquina de afeitar mecánica, es preferible utilizar una espuma de afeitar que contenga un antiséptico. A continuación, se puede aplicar una crema o un gel hidratante y un calmante no graso.
2. Los cuidados de la piel
Una piel acneica es grasa y, como todos los otros tipos de piel, tiene necesidad después del aseo de ser hidratada, tanto más en el caso de tratamientos antiacneicos. Una crema hidratante y reguladora permite además disminuir el aspecto brillante de la piel y matificarla. Por regla general, son emulsiones "aceite en agua" formuladas con pocos cuerpos grasos y que contienen la mención "no comedogénicos". En el caso de tratamiento oral con retinoides, puede resultar necesario utilizar una crema más rica para compensar la sequedad intenso provocado por el tratamiento y asociado con la utilización de un hidratante labial (que compensará la sequedad de los labios).
3. La protección solar
Es indispensable una protección solar con índice elevado. En efecto, el sol es un "falso amigo" que actúa como una bomba en el tiempo. El espesamiento de la capa córnea relacionado con el bronceado y el desecamiento de la piel hacen desaparecer granos y puntos negros. Pero, por el contrario, se asiste a un fenómeno de rebote. Los productos solares adaptados a las pieles acneicas se formulan con excipientes no grasos, no comedogénicos.
4. El maquillaje
Aquí también, al igual que los productos de cuidado, hay que escoger productos hipoalergénicos, no comedogénicos, "oil-free", formulados para pieles grasas o con tendencia acneica. Los productos de maquillaje son interesantes al comienzo del tratamiento para ocultar las lesiones acneicas.
En la sociedad occidental moderna el acné es una enfermedad de la piel que afecta de un 79% a un 95% de la población adolescente; en mayores de 25 años se observa de un 40% a un 54%; en mujeres maduras, un 12%, y un 3% de los hombres seguirá teniendo lesiones de acné. La evidencia epidemiológica sugiere que en sociedades no occidentalizadas las tasas de incidencia del acné son considerablemente menores. Es probable que se deba a diferencias genéticas, factores ambientales, dieta con un menor índice glucémico y una mayor actividad física.
Diabetes y acné: una dieta rica en azúcares puede provocar una elevación o picos de insulina, que desencadenan cambios hormonales asociados a un aumento de hormonas masculinas, que causan alteraciones en el organismo, entre ellas el acné.
Al mejorar el metabolismo de la insulina, se pueden ver mejoras en el acné. También mejoran los niveles androgénicos con una dieta cetogénica, baja en carbohidratos. La dieta puede ser la causa de acné en un 32% y puede agravarlo en un 44% de los pacientes.
Un estudio del 2010, realizado en Corea con 1285 pacientes de ambos sexos (783 con acné y 502 controles), reporta un empeoramiento del acné en el 54%, secundario a dietas con alto índice glucémico, lácteos, grasas altamente saturadas e yodo (ej: hamburguesas, doonuts, fideos instantáneos, bebidas carbonatadas, quesos procesados, nueces, algas marinas, pollo y cerdo fritos).
Otro estudio concluye que las personas que padecen acné tenían antecedentes familiares de diabetes, colesterol elevado y presión alta con frecuencia y que llevar una dieta tipo mediterránea, baja en carbohidratos, los protege de padecer acné y síndrome metabólico.
Los cereales y las barras energéticas, tan de moda en las dietas actuales, tienen un gran contenido de azúcar, además de estar enriquecidos con vitamina B –la mayoría contiene vitaminas B2, B6, B9 y B12, que puede provocar reacciones acneiformes.
La leche puede contener varias hormonas y sus efectos se ven potenciados por la dieta rica en carbohidratos. Un 75 a un 90% de la leche deriva de vacas preñadas, por lo que contiene progesterona y precursores de DHT (dihidrotestosterona), que son hormonas que favorecen el acné.
La nutrición occidental se caracteriza por ingesta alta en calorías, alta carga de azúcar, lácteos, carne y grasas. Las señales metabólicas de la “dieta occidental” son detectadas por un complejo, que actúa como sensor integrador de la energía celular, factores de crecimiento (insulina) y señales derivadas de proteínas, ante el suministro de grandes cantidades de proteína de la leche, carne, cereales y azúcar refinado.
El acné puede ser un indicador visible de una sobreactivación del complejo, que puede ser debido a una desviación metabólica desfavorable. Puede estar asociado a un aumento del IMC (índice de masa corporal), resistencia a la insulina, así como un inicio temprano de la menstruación.
En cuanto a los ácidos grasos - omega 3, en la dieta, favorecen la disminución de la inflamación, con mejoría en el acné. La dieta, es moduladora de la respuesta inflamatoria sistémica ya que los alimentos ricos en omega -6 y los ácidos grasos poliinsaturados, favorecen la inflamación. También las bebidas alcohólicas, puede exacerbar el acné en la post-adolescencia.
La dieta occidental rica en azúcares altera la regulación de los genes dependientes en el acné, afecta el metabolismo, el equilibrio y la formación de grasa por las glándulas sebáceas. Estos nuevos conocimientos sobre la dieta occidental, nos proporcionan una base racional para el consejo dietético complementario en el manejo del acné, reduciendo el consumo de carbohidratos y proteínas de la leche.
Es una oportunidad de no solo participar en la mejoría del acné, sino de ayudar a prevenir otras enfermedades, como la obesidad, la diabetes mellitus, el cáncer y las enfermedades neurodegenerativas.
Aunque el consejo dietético puede resultar difícil por las costumbres étnicas, debemos recomendar una dieta "equilibrada", de tipo paleolítica, con menor cantidad de cereales procesados y mínimos lácteos, que limite la ingestión de alimentos ricos en grasas ("frituras"), comidas rápidas, sodas, alimentos con alto índice glucémico, chocolates, zumos y bebidas enlatadas. Con horarios determinados, rica en ácidos grasos con omega-3, frutas y verduras, té verde, así como la preferencia por los lácteos orgánicos, con menor contenido hormonal, beber agua, evitar el cigarrillo, realizar ejercicio, dormir suficiente, además del tratamiento médico.
Para concluir bien vale citar a Hipócrates, quien afirmaba: "Deja que la comida sea tu remedio y que el remedio sea tu comida". Entonces la comida construye o destruye nuestro organismo, por lo que se podría concluir que nuestra piel es "lo que comemos".
El acné no está causado por malos hábitos de limpieza, sin embargo la higiene es un complemento importante en su tratamiento. A continuación te presentamos algunos consejos que te servirán independientemente de la severidad de tu acné; recuerda que el tratamiento establecido por un especialista y estos sencillos pasos ayudarán que tu piel tenga mejor aspecto.
A menos que sea recomendado por tu dermatólogo, debes evitar el uso de sustancias abrasivas que pueden inflamar, irritar o inclusive agravar las lesiones. Evita sobre todo aquellos que contienen sustancias agregadas, algunos exfoliantes con contenido cítrico pueden inclusive pigmentar tu piel.
Es muy común pensar que los productos que contengan alcohol ayudarán a mantener la piel sin grasa y limpia. El alcohol desecará tu piel (con la consiguiente sobreproducción de sebo), la irritará y tendrá aspecto rojizo.
Si manipulas tus lesiones (con los dedos, agujas o cualquier otro aparato) habrá más posibilidad de que algunas bacterias se profundicen en tu piel causando más inflamación; asimismo se incrementa el riesgo de daño a la piel circundante y formación de manchas, y en el peor de los casos cicatrices.
Si el cuerpo está en actividad se genera calor y sudor. La ropa y complementos que utilizas para hacer deporte provocan fricción y oclusión que impiden que la piel disipe el calor y libere el sudor en forma efectiva, es entonces cuando las bacterias proliferan y se forman con más facilidad lesiones de acné. En la medida de lo posible toma un baño o lava tu cara inmediatamente después de hacer ejercicio.
El pelo en la cara favorece la acumulación de grasa y tiene cierto efecto de taponamiento que empeorará las lesiones; si a esto aunamos el uso de productos para el cabello como geles, sprays o espumas (que están hechos de alcohol o productos irritantes) tu acné se verá agravado. Los peinados que dejan la cara descubierta son los mejores aliados para tu pronta recuperación.
El uso cotidiano de maquillaje no dermatológico por sí mismo causa lesiones de acné; mientras más tiempo esté en contacto con tu piel logrará hacer tapones que eventualmente se inflamen y empeoren tu acné. Recuerda hacer limpieza de cara antes de dormirte. Actualmente existen opciones de cosméticos no comedogénicos o que son "oil free" que tienen menor capacidad de agravar tu acné.
Durante el tratamiento de acné puede haber cierta irritación y enrojecimiento que empeoran con la exposición al sol; utiliza un protector solar que ayudará a disminuir ésta sensación. Pregúntale a tu dermatólogo por la mejor opción para tu tipo de piel.
Una iniciativa de Pierre Fabre Dermatologie una marca de Pierre Fabre Ibérica.